Por Juan Giglio
Según informaciones del diario turco Hurriyet, la visita de
dos días del Primer Ministro Binali Yıldırım a Iraq sirvió para que las
autoridades Ankara, Baghdad y Erbil “Alcanzaran una comprensión común acerca de
la necesidad de realizar los mayores esfuerzos para luchar contra el ilegal
Partido de los Trabajadores del Kurdistán, que ha expandido su influencia en el
norte de Iraq.”
Yildirim dijo al respecto que “La expansión del PKK hacia el
oeste, encontrando refugio en Sinjar, no es aceptable para ninguna de las
partes, porque plantea un problema de seguridad muy grande tanto para Turquía,
como para Iraq y el Gobierno Regional Kurdo o KRG”, cuyo presidente, Massoud
Barzani, también se reunión con el funcionario turco.
El funcionario turco agregó que “Nuestros encuentros en Baghdad y Erbil pueden
ser ubicados en dos grandes categorías: la primera tiene que ver con la lucha
contra el terrorismo, mientras que la segunda es el trabajo relacionado a las
cuestiones económicas con el propósito de alentar las inversiones que brinden
estabilidad a la región.”
Yildirim y la máxima autoridad iraquí, al-Abadi, se pusieron
de acuerdo en el sentido de “Limpiar el territorio de Sinjar de terroristas con
los Peshmergas y las Fuerzas Armadas del Gobierno Central.” al-Abadi reafirmó
este objetivo diciendo que está “en contra de que el PKK utilice territorio
iraquí para atacar a Turquía”.
Las visitas del primer ministro turco a las capitales de
Iraq y la Región Autónoma del Kurdistán o KRG forman parte de una misma
política - apoyada por Rusia, Irán y EE.UU. - a través de la cual todos los
países de la zona se están uniendo para acabar con la experiencia autónoma kurda
en el Norte de Siria y la presencia de guerrillas del PKK en la frontera entre Turquía
e Iraq.
Es que para las potencias internacionales y sus lacayos
regionales la tarea del momento ya no es acabar con ISIS, que está en plena
decadencia y retroceso, sino garantizar que se respeten los pactos
internacionales impuestos luego de la Primera Guerra Mundial - Sykes Picot,
Sevres y Laussane - que garantizan la existencia de países artificialmente
construidos al servicio del saqueo imperialista.
Las batallas que se vienen, que enfrentarán al pueblo kurdo
con todos estos enemigos, serán decisivas para la suerte del Confederalismo
Democrático. Por esa razón, las conducciones del PKK, PYD, YPG e YPJ deberían
iniciar una gran campaña de solidaridad internacional, para ganar la simpatía
del movimiento de masas a nivel mundial y evitar el aislamiento.
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