sábado, 19 de noviembre de 2016

La elección del nuevo Asesor de Defensa yanqui, una mala noticia para los kurdos

Por Juan Giglio 

Mike Flynn fue nombrado por Donald Trump Asesor Nacional de la Defensa, por lo tanto actuará como el máximo referente del gobierno en las cuestiones militares de los Estados Unidos. En ese sentido, tendrá que meter mano rápidamente en el conflicto de Medio Oriente, que se ha transformado en el centro de los acontecimientos políticos del mundo.

Desde el punto de vista ideológico, su nombramiento se condice con el de otros dos “halcones” del Partido Republicano, como el senador ultraderechista e integrante del Tea Party, Mike Pompeo, quien será el próximo director de la CIA, y el senador antiabortista Jeff Sessions, que estará al frente del Departamento de Justicia.

Lo interesante de este militar retirado -que en junio de 2016 presentó un libro denominado “El campo de batalla o ¿Cómo podemos ganar la guerra global contra el islamismo radicalizado?”-es su vínculo muy estrecho con dos figuras determinantes dentro de la guerra que está librándose en Siria e Iraq: el premier ruso Putin y el “sultán” Recep Tayyip Erdogan.

Quien fuera director de la DIA, Agencia de Inteligencia de la Defensa, bajo la administración de Obama, tuvo varios encuentros con Putin que le valieron duras críticas en su país. Además, ha sido acusado de “prestar servicios de inteligencia” para una empresa holandesa financiada por capitales turcos.

Según denuncias del periodista Chuck Ross, Flynn, que trabajó para el empresario Ekim Alptekin -director de la Oficina de Asuntos Económico Exteriores de Turquía- en octubre se habría reunido con el primo de Erdogan -presidente de la Türk Foundation- quien se encarga de financiar grupos afines al presidente turco a nivel internacional. 

Ross dijo que le había sorprendido que el mismo día de las elecciones, Flynn publicara un artículo alabando a Erdogan y exigiendo que los EEUU entreguen al clérigo Fetullah Gülen a Turquía, respondiendo de esa manera al reclamo de Erdogan, que acusó al líder religioso de ser “responsable del intento de golpe en su país”.

A pesar del título del libro de Flynn y de varias declaraciones suyas en contra del Islam y los musulmanes, su agencia de inteligencia se ocupó de defender los intereses de los Hermanos Musulmanes, que siendo la mayor organización musulmana del mundo es muy afín a Turquía y al mismísimo presidente Erdogan.

Con todos estos elementos, se puede deducir que la política de Donald Trump y Mike Flynn para Siria e Iraq consistiría en fortalecer vínculos con Putin, Bashar Al Assad y Erdogan, de manera de acabar con Estado Islámico y garantizar la “gobernabilidad” capitalista a través del actual gobierno sirio.

Los principales perjudicados serían los kurdos, ya que Putin, Bashar y Erdogan coinciden en la necesidad de “mantener la unidad siria”, lo que en los hechos significa detener, hacer retroceder y aplastar la experiencia autónoma que se está llevando adelante en el Norte de Siria o Rojava. 

La crisis y división del imperialismo y los gobiernos de Medio Oriente facilitaron el desarrollo de la Revolución de las Asambleas y Milicias Populares de Rojava y la aparición de bandas contrarrevolucionarias a través de las cuales se “tercerizó” la guerra. Trump y Flynn tratarán de terminar con todo esto, apoyándose en dos de los enemigos más acérrimos del movimiento de liberación de Kurdistán: Bashar y Erdogan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario