Por Graciela Monari
El gobierno turco dio marcha atrás con una controvertida propuesta
que sus parlamentarios habían enviado al congreso nacional, de acuerdo a la
cual los varones adultos acusados de “abuso sexual contra menores” podrían ser
perdonados y salir de prisión si aceptaran casarse con sus víctimas.
Esto sucede en una región del mundo donde los casamientos “por
arreglo” entre hombres mayores y niñas es común y ha sido avalado por muchísimo
tiempo por los sectores religiosos más reaccionarios, la mayoría de los cuales
apoyan al gobierno y a las bandas contrarrevolucionarias protegidas por este,
como Estado Islámico.
El argumento central de estos cavernícolas era, que “dejar a
las niñas sin sus parejas, era perjudicial para ellas porque quedaban indefensas”
y que, en “muchos casos estas mismas chicas no habían sido obligadas a
relacionarse con estos hombres”, sino que además “contaban con el apoyo de sus
familias”.
El titular del Ministerio de Justicia, Bekir Bozdağ -del
Partido del Desarrollo y la Justicia de Erdogan- presentó una cortísima declaración
explicando que, en realidad, el gobierno “había fracasado en la manera de
explicar la moción”, lo que significa que el oficialismo continuó defendiendo
la normativa a pesar de haber visto obligado a retirarla.
El gobierno tuvo que admitir que la propuesta generó un
rechazo masivo, ya que ese mismo texto
termina diciendo “nos vimos obligados a retroceder debido a las reacciones
públicas”, tal cual sucedió en decenas de ciudades donde explotó la bronca contra
la posibilidad de retirar de las cárceles a los abusadores de niños.
La moción, que formaba parte de un borrador de 49 artículos al servicio de
reformar los procedimientos del código criminal, fue enviada al parlamento la
noche del 17 de noviembre, recibiendo el apoyo de una mayoría de sus miembros,
empujados para eso por el AKP y el partido de ultraderecha, el MHP.
El proyecto gubernamental derrotado forma parte de la
política de islamización de la sociedad pergeñada por Recep Tayyip Erdogan,
quien pretende utilizar las aristas más reaccionarias del Corán para construir
un régimen de características fascistas, apoyándose en el sector más atrasado
del movimiento de masas.
La lucha victoriosa contra esta enmienda forma parte de la
resistencia contra los Planes de Ajuste y Represión del gobierno, a cuya
vanguardia se encuentra el pueblo kurdo, que sufrió durante estas semanas el
encarcelamiento masivo de decenas de diputados y alcaldes de las ciudades del
sudeste turco.
Los trabajadores y el pueblo kurdo han logrado, además, otra victoria fundamental contra este tipo de políticas, ya que en los cantones de Rojava que controlan, al norte de Siria, el autogobierno resolvió prohibir los "casamientos por acuerdo de padres" y entre hombres mayores y niños, un ejemplo para el conjunto de la región.
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