El día 24 de agosto, las tropas turcas
cruzaron la frontera hacia la ciudad de Jarabulus 48 horas después de que las
milicias populares de las Fuerzas Democráticas de Siria anunciaran la creación
de un consejo para liberar la ciudad de manos del Daesh (ISIS).
Dos días antes,
altos funcionarios de los servicios turcos y sirios habían estado reunidos en
Damasco, mientras que el 12 de Agosto terminaba de ser liberada la ciudad de
Manbij por parte de las Fuerzas Democráticas de Siria, lo que explica la tibia
reacción por parte del régimen de Bashar al-Assad y de Putin, su principal
aliado.
Mercenarios organizados en grupos opositores
sirios, vinculados a los intereses turcos, abandonaron la localidad de Daraya, en
las afueras de Damasco, atravesando cientos de kilómetros bajo control del
régimen para cruzar la frontera hacia Turquía y formar parte de la invasión
turca. Los invasores, que no dispararon un solo tiro, no hicieron otra cosa que
cambiar el uniforme a los milicianos de Daesh presentes en Jarabulus por el de
los mercenarios.
Las fuerzas de seguridad turcas también protagonizaron
otros actos de provocación a lo largo de toda la frontera, donde construyen un
muro de concreto fortificado. Los habitantes de Kobanê, símbolo mundial de la
resistencia, se encuentran movilizados para protestar ante los hechos. Dos de
los residentes resultaron muertos por los ataques de los blindados turcos.
Desde Kurdistán Desde El Sur, haciéndonos eco
de lo denunciado en varias oportunidades por funcionarios de la Administración
Federal de Rojava y el Norte de Siria, venimos advirtiendo del acuerdo entre
los gobernantes de Turquía y Siria, Recep Tayyip Erdogan y Bashar al-Assad.
Este
pacto no tiene otro fin que el de atacar la revolución y la libre
autodeterminación de los pueblos. Ese acuerdo fue auspiciado por el régimen
teocrático de Irán, que ofició de mediador en reuniones secretas entre
funcionarios turcos y sirios en Argelia, todo bajo la aprobación de EE.UU. y
Rusia.
Los ataques assadistas en Hesekê/al-Hasakah,
donde las fuerzas del régimen resultaron categóricamente derrotadas por las
milicias populares de YPG/YPJ, la presencia de milicianos de Hezbolá entre los agresores,
y la negativa expresada por funcionarios rusos y estadounidenses a la autodeterminación de los pueblos del
Norte de Siria, demuestran que estamos en presencia de un gran frente
contrarrevolucionario.
Integrado por EE.UU., Rusia, Irán, Turquía y Siria, este
tiene como objetivo principal impedir que triunfe la voluntad popular de las
comunidades de Rojava y pueda esta extenderse a todo Medio Oriente.
Por
eso, desde Kurdistán Desde el Sur, nos
hacemos presentes en la concentración frente a la Cancillería del día 6 de setiembre,
exigiendo la retirada de las tropas turcas y el fin de las agresiones contra el
pueblo kurdo, manifestando nuestra solidaridad con las comunidades de Rojava y
el Norte de Siria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario