Por Juan Giglio
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De acuerdo a la mayoría de los medios periodísticos internacionales,
el premier ruso Putin y el presidente de Turquía –Erdogan- acaban de reunirse
para empezar a resolver un tema vital que hace a las relaciones entre ambos
países, cual es la situación de Siria.
En ese sentido, el presidente turco se comprometió a enviar rápidamente
una “Comisión Tripartita”, conformada por funcionarios políticos, militares y
del área de la inteligencia” para discutir con sus pares rusos.
“Este es el primer paso concreto luego de las reuniones
previas que se hicieron para discutir sobre Siria entre militares, funcionarios
del área de las relaciones internacionales y agentes de inteligencia.” Declaró el canciller Çavuşoğlu a la agencia
Anadolu el 10 de agosto.
El ministro también dijo que “El jefe de la Agencia Nacional
de Inteligencia, MIT, Hakan Fidan, representantes de la Cancillería y las
Fuerzas Armadas -TSK- partirán hacia
Rusia luego del 10 de agosto para encontrarse con los representantes rusos en
San Petesburgo”.
Los gobiernos establecieron un sistema de contactos directos
para evitar incidentes graves, como el derribo del avión ruso por parte de la
artillería turca el 24 de noviembre de 2015, debido al cual se rompieron las
relaciones entre los dos países hasta el momento.
Según indica el diario turco Hurriyet del 11 de agosto, “Aunque
Turquía y Rusia tienen diferentes puntos de vista sobre Siria, están de acuerdo
en avanzar hacia la concreción de un cese del fuego, proveer ayuda humanitaria
y encontrar una solución política”.
En función de estos avances, el Hurriyet agrega que “Las
autoridades turcas informarán a los rusos acerca de la ubicación de civiles y
grupos de la oposición moderada, de manera de poner la mira de los ataques en los
lugares en donde se desplieguen las fuerzas de Estado Islámico”.
El ministro de relaciones exteriores de Turquía se encargó
de despejar dudas a la OTAN: “El futuro de nuestros lazos con EE.UU. y Occidente
continuará igual que hasta el momento… Si Occidente pierde a Turquía no será por
las relaciones con Rusia, China, Asia Central o los países islámicos, sino por
errores propios”.
Lo sucedido es la expresión diplomática de un hecho militar
contundente: la derrota de las bandas islamitas organizadas por Turquía en Siria
e Iraq, con el propósito de avanzar hacia la reconstrucción del Imperio
Otomano, transformando a Erdogan en un moderno Sultán.
Estado Islámico, Al Nusra y compañía combaten allí no solo por
este objetivo, sino también defendiendo los intereses económicos y geopolíticos
del bando conformado por un sector del imperialismo yanqui -una fracción
republicana-, Arabia Saudí, Qatar, Israel y otros.
Debido a la recesión y a la enorme crisis mundial económica,
dos grandes facciones del imperialismo yanqui están enfrentándose -militarmente-
para dirimir quien se queda con una “torta” que, debido a esto, se achicó y ya
no da de comer a todos los grandes capitalistas.
La camarilla triunfante de esta “Guerra Mundial Tercerizada”
es la que lideran Obama, el imperialismo europeo, con el Papa a la cabeza,
Rusia e Irán, cuyo régimen ha sido mandatado, en las conversaciones de Ginebra,
para garantizar la “gobernabilidad” en la era post Assad.
Erdogan, que continúa perteneciendo al bando perdedor, está
tratando de recomponer relaciones con sus enemigos -a través de Rusia- para
evitar problemas graves dentro de su país, ya que no tiene ninguna posibilidad
de continuar la guerra de ocupación en Siria e Iraq.
Como “moneda de cambio” ofrece la cabeza de Estado Islámico,
aunque pidiendo condescendencia con las milicias “moderadas” -como el Frente Al
Nusra- que días atrás cambió de nombre y “rompió relaciones” con Al Qaeda, de
manera de zafar de los ataques rusos.
Mientras Erdogan hace esto -porque está débil y aislado
internacionalmente- trata de ponerse de acuerdo en un objetivo estratégico, que
lo unifica con los rusos y sus aliados iraníes: la lucha contra el pueblo
kurdo, que está a punto de unificar los cantones del Norte de Siria o Rojava y
viene de declarar su “autonomía”.
El presidente turco sabe que con los rusos y el régimen
teocrático de Irán tiene como gran punto de coincidencia -igual que con los
yanquis y la mayoría de la oposición siria-, la política de “mantener la unidad
del país” evitando el surgimiento de un estado kurdo o su variante “autonomista”.
Las YPG e YPJ, que continúan conquistando territorios aprovechando
las disputas entre los dos bandos en que se dividió el imperialismo, deben prestarle
mucha atención a las resoluciones planteadas en las reuniones de Erdogan y
Putin, ya que -de concretarse- significarán cambios importantes en el terreno
militar.
Este tipo de acercamientos expresa un intento estratégico de
los capitalistas, que mientras se pelean entre sí por la porción de la “torta”
que les corresponde dentro de una economía que se achica, tienden a dejar de
lado diferencias para resolver un “problema” que los afecta a todos por igual: la
Revolución de Rojava.
El plan de Obama -que está tratando de sintonizar con
Turquía, a través de Rusia- pasa por fortalecer a las tropas del régimen
baazista de Siria -con o sin Bashar- el ejército de Irán y las milicias chiitas
de Hezbollah, para que cuando termine la guerra contra ISIS, apunten sus
cañones contra las milicias kurdas.
La ventaja con la cual todavía cuentan los kurdos es la
extrema debilidad de las fuerzas militares de Bashar y sus aliados chiitas, que
cada vez que se proponen alguna conquista significativa -como Raqqa hace
algunas semanas, o Aleppo durante estos días- son derrotadas escandalosamente.
La conducción del pueblo kurdo debe asumir que esta ventaja
táctica no existirá siempre y, que por lo tanto, las batallas que se aproximan -contra
la unidad que se está forjando entre el régimen sirio, Irán, Obama, Putin y
Erdogan- serán las más duras de todas y las que definirán el futuro de las
asambleas populares de Rojava.
¡Para ganarlas deberá apoyarse en la solidaridad de sus aliados
estratégicos -los trabajadores explotados y los pueblos oprimidos de Siria,
Turquía, Irán y demás países de la región- construyendo la única salida que
existe para resolver la opresión y la explotación: la ruptura total con el
Capitalismo, organizando una Federación de Estados o Regiones Autónomas
Socialista de Medio Oriente!
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