sábado, 27 de agosto de 2016

Prisión de Hesekê, una cara de las atrocidades del régimen


Fuente: Delyar Ciziry-Hawar News

YPG, YPJ, las fuerzas Asayîş y Unidades de Protección de Civiles liberaron la prisión central de las fuerzas del régimen en la ciudad de Hesekê. La cárcel era un centro de tortura e intimidación y 61 prisioneros fueron quemados hasta la muerte en 1993.

La prisión central de Hesekê se encuentra en Giweyran, y fue construida en 1960 durante la unión entre Egipto y Siria por orden de Gamal Abdel Nasser, y era la mayor prisión de régimen en Jazeera y la tercera mayor prisión en este nivel de Siria después de la cárcel al-Muslimiya en Alepo, y la de Adra en Damasco.

Fue construida para albergar a 200 presos, pero el régimen baasista enviaría unos 700 presos, los prisioneros son transferidos desde todas las regiones de Jazeera a esta prisión.

El régimen baazista, que tomó el poder en Siria en 1963, utilizó la prisión como un centro de tortura e intimidación en la que se practicaron diversos métodos de tortura inhumana, en particular contra los presos políticos.

Un incendio en la cárcel Hesekê

El 24 de marzo de 1993 hubo un incendio en el segundo pabellón de la cárcel. Según los detenidos que se encontraban en la prisión en ese momento, las autoridades de la misma habían rociado queroseno sobre los prisioneros en el segundo pabellón.

Por la noche algunos de los más antiguos convictos, la mayoría de estos por cargos de tráfico de drogas, prendieron fuego al segundo pabellón por órdenes de la administración de la prisión.

A pesar de la angustia de los presos, las autoridades de la prisión no abrieron las puertas del dormitorio para salvarlos. En esa noche 61 personas perdieron la vida - en su mayoría kurdos - y hubieron decenas de heridos.

Cárcel Hesekê durante el levantamiento de Qamishlo

En 12 de marzo el régimen baazista cometió una masacre contra la población civil en la ciudad de Qamishlo, lo que provocó que la gente se levantara contra él.

Durante las protestas, las fuerzas del régimen atacaron a los manifestantes y la agitación se extendió a áreas de Rojava, la ciudad de Alepo y a Damasco. Miles de kurdos fueron detenidos en ese momento y fueron conducidos a la prisión central de Hesekê, donde fueron torturados salvajemente.

Con el inicio de la revolución de Siria en 2011, el régimen baazista ha detenido a civiles de los diferentes componentes y muchos han sido enviados a la prisión central de Hesekê donde fueron torturados.

Después de 56 años, fue liberado un centro de tortura e intimidación. El 16 de agosto las fuerzas del régimen atacaron la ciudad de Hesekê y bombardearon la zona. YPG, YPJ, Asayîş y las Unidades de Protección Civil repelieron el ataque.

Los choques violentos estallaron entonces entre las fuerzas de Rojava y las fuerzas del régimen, y se dio lugar a la liberación de una gran cantidad de puntos. Uno de estos es la prisión central de barrio Giwayran, donde las fuerzas del régimen ya habían enviado detenidos a otro lugar.

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