Después de 7 días de combates, las fuerzas del régimen y sus mercenarios fueron derrotadas en la ciudad de Hesekê/al Hasakah. El acuerdo por el alto al fuego llegó a las 2:00 am (hora local). Según varios medios, como condición determinante, se exigió que el Ejército, los mercenarios de las Fuerzas de Defensa Nacional (NDF), los milicianos de Hezbollah y elementos iraníes abandonen la ciudad.
Tras iniciar los choques mediante intimidaciones a integrantes de la Seguridad Pública de Rojava, los choques derivaron en violentos enfrentamientos, en los que el régimen utilizó todo tipo de armamento. La aviación siria bombardeó barrios residenciales, y la artillería del Ejército disparó desde la base militar de Kawkab. Francotiradores abrieron fuego indiscriminado contra la población civil, provocando varios heridos y muertos. Fueron confirmados fallecidos al menos 18 civiles, entre los que se contaron varios menores, como resultado de los brutales ataques.
Combatientes de Asayiş e YPG denunciaron la presencia de iraníes y de milicianos de Hezbollah sobre el terreno junto a las fuerzas del régimen. Obtuvieron documentación personal y credenciales de algunos de los milicianos abatidos que confirmaron el apoyo de Irán y la milicia teocrática libanesa a los ataques assadistas.
No solo los barrios de la ciudad fueron liberados. Algunas áreas sobre el río Khabour al sur de la ciudad, que estaban bajo control de fuerzas del régimen, fueron recuperadas.
Se espera en las próximas horas el cumplimiento por parte del régimen de las demandas presentadas por las autoridades de Rojava como condición para el cese al fuego. Para ese cometido, se abrió la circulación por las carreteras para que se retiren los últimos elementos assadistas en la zona. La seguridad de los barrios liberados quedó en manos de Asayiş, y se habilitó a los residentes la posibilidad de regresar a sus hogares.
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